El patio de la chichería de doña Teodosia, fue durante lustros un epicentro de la cultura underground cochambambina y sus primeros viernes uno de los fenómenos culturales más singulares. En sus recovecos de la vetusta chichería, autoniminada «Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad» germinaron insignes creaciones literarias como «Los demonios de la Chicha» o el cásico «Marinero de Aguas Amarillas» del muy chichero autor valluno Polvorín.
Los tiempos han cambiado, y en ese lugar hoy se levanta una oficina bancaria. Sin embargo, preguntando en las calles de Tiquipaya, dimos con la nueva dirección de la Chichería de doña Teodosia. El ambiente bohemio y vividor permanece activo en esta chichería.
La noche puede gratificar al que la vive, con agradables sorpresas.